A continuación palabras alusivas del Prof. Patricio Subirol (Lengua y Literatura).
Discurso 9 de julio
Hoy estamos reunidos para celebrar un nuevo aniversario de la Declaración de Independencia de nuestro país ocurrida en la ciudad de San Miguel de Tucumán el 9 de Julio de 1816. Esta declaración es una parte fundamental de un proceso iniciado seis años antes cuando se constituye en Buenos Aires nuestro primer gobierno patrio. A partir de allí, decidimos emprender un camino difícil con marchas y contramarchas, luces y sombras, éxitos y fracasos, victorias y derrotas, en suma, altibajos hacia una definitiva Independencia de nuestro territorio.
Entonces, recordar el 9 de julio es recordar la determinación de los representantes de las Provincias Unidas que priorizaron los intereses nacionales y americanos por sobre los intereses individuales y extranjeros esquivando dificultades y riesgos.
Es recordar un congreso, presidido por Francisco Narciso de Laprida, que se reúne acechado por una inminente invasión española que amenaza reconquistar los territorios americanos. Desde este rincón apartado de los grandes centros de poder, una asamblea pretende tratar el tan retrasado tema de la independencia y termina proclamando a nuestro naciente país “Independiente del Rey Fernando VII, sus sucesores y la metrópoli y de toda dominación extranjera”.
También, recordar el 9 de julio es recordar la voluntad de un pueblo anónimo que supo sumarse al proceso independentista con el deseo de romper sus ataduras y reclamar su derecho a participar en la construcción de su propio destino, derecho a ser una Nación soberana levantando ideales de Libertad, Igualdad, Justicia, Democracia y Dignidad. Ideales que siguen en pie a pesar de los desencuentros, las luchas internas, las crisis económicas, las interrupciones al orden constitucional y los problemas que todos los días golpean a muchos habitantes de nuestra Patria.
A 202 años de estos acontecimientos, desde nuestro presente, me gustaría recuperar las palabras del escritor Eduardo Galeano acerca de la utopía: “Ella está en el horizonte. Yo me acerco dos pasos y ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para qué sirve la utopía? Para eso sirve, para caminar”.
Como la utopía, nuestra independencia es mucho más que una idea abstracta y esquiva que costó seis años en plasmarse en papel. Es una construcción diaria, es un tesoro que no todos los pueblos del mundo pueden ejercer y, por eso, hoy nos sigue resonando la pregunta: ¿para qué sirve la Independencia? Para caminar. Para caminar juntos. Para reconocernos. Porque la Independencia es creer en nuestro país, en nuestras capacidades y en nosotros mismos. Es reconocernos responsables y protagonistas ya que la Independencia la hacemos y mantenemos entre todos. Reafirmemos la voluntad de ser constructores de una Patria libre y justa como la que soñaron aquellos diputados que sentaron las bases para hacer de este suelo un territorio independiente.
Muchas gracias.
Compartimos con la comunidad fotos de la obra original a cargo del profesor Matías Ruiz Barlett, donde participaron los alumnos de 3er. Año.
A continuación el video sobre la creación colectiva del mural a cargo de la profesora Ana Suárez donde participaron alumnos de 1er. 2do. Y 4to. Año.